23.11.10

lo que te plazca.


Es que es mi culpa, yo se. Porque diferimos, y yo soy la irracional capaz de seguir un capricho estúpido sin tener fundamentos para hacerlo. Yo voy por la vida sin prestarle mucha atención a los tiempos, yendo a donde me lleve mi descuido. Yo soy la de las estupideces, je.
Mi vieja dice que somos dos eternas enamoradas del tren. Quizás, sostiene, porque a ambas el tren nos llevó siempre a donde pertenecemos. En su momento, existía un ramal que comunicaba Baires con Mza, y las 18 horas de viaje bien lo valían.
No se. Tal vez encuentro algo un poco mágico entre los durmientes. Una suerte de fantasma nostálgico y recurrente que me impulsa a pasar horas sentada entre las estaciones, respirando el vaho floral de las plazas que las rodean. Cierto es también, que pasé mi infancia en la estación Florida y su respectiva plaza.
Me encantaba el rumor del tren y las hojas, los árboles retorcidos, las moras, los juegos, la arena que se mete entre los dedos. Las hamacas para llegar al cielo!.
Supongo que es eso. Qué se yo.
Yo sola le presto atención a esos arrebatos. Y por prestarle atención es que me esperanzo.
"La esperanza es el peor mal, extiende el sufrimiento del hombre", dijo Nietzsche.

Demasiado emocional. Demasiado caprichosa.
Quizás, deba dejar de impartir órdenes tan descabelladas por un rato.
Quizás, deba dejar de usar los trenes por un rato. Total yo te sigo esperando (:

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